3 ideas de peinados para bodas

Una boda conlleva siempre una cantidad considerable de gastos, independientemente de que asistas como invitada o como la figura central que significa ser la novia. En estos tiempos de crisis, la posibilidad de ahorrar una buena cantidad de dinero en estos caros eventos es siempre bienvenida. Esto no es algo tan difícil como pueda parecer a simple vista. Con un poco de habilidad y siguiendo algunos de los consejos que aquí te ofrecemos, puedes evitar el siempre costoso gasto de tener que pasar por la peluquería antes de la ceremonia.

Moños

Atrás quedan los tópicos que atribuían los moños exclusivamente a viejas solteronas. El moño es un peinado que, a pesar de ser fácil de hacer, puede proporcionar resultados espectaculares, tan solo con hacerlo con un poco de gracia y añadirle algún adorno. Dejarle un mechón fuera con aire accidental, complementa el glamour de este clásico peinado, siempre de moda.

Trenzas

Si tienes el pelo lo suficientemente largo como para trenzarlo, juegas con una gran ventaja a tu favor. Las trenzas, independientemente de que sean muchas o una sola, siempre son un excelente recurso de estilo para un peinado. Eso sí, una vez hechas, no te limites a dejarlas colgar; juega con ellas sujetándolas alrededor de tu cabeza, ya sea en una sola vuelta o en espirales. Verás cómo, con algo tan simple, aumenta exponencialmente el valor de tu peinado.

Recogidos

Son un clásico útil en toda ocasión en la que tengas que arreglarte. Pueden ser altos o bajos, centrados o asimétricos, formales o con un toque rebelde. Como ves, las posibilidades son infinitas. Puedes hacerte un recogido a un lado, es decir, llevar todo tu pelo hacia el lado que prefieras y sujetarlo allí mediante espuma, laca y pasadores. Otra opción muy alegre es el recogido en cascada, en el cual haces lo mismo que en el anterior pero sujetando el pelo en la coronilla y dejando que caiga sobre tu espalda. También puedes optar por algo más formal, llevando a cabo cualquiera de las dos opciones propuestas y, una vez sujeto el cabello en el lugar deseado, recoger también el que cae desde la sujeción y fijarlo, normalmente, al mismo punto donde lo sujetaste de origen, aunque nada te impide dejarte llevar por tu creatividad y fijarlo donde tú prefieras.